La Escina y los heterósidos cumarínicos del Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) se caracterizan por ser una mezcla de saponinas que refuerzan la impermeabilidad y resistencia de los capilares. Son una excelente alternativa a los hidroxietilrutósidos. Tienen acción antihemorrágica, antiinflamatoria y descongestionante, previenen la aparición de varices y reducen el riesgo de flebitis. Son indispensables para una circulación sanguínea estable, ya que tienen una actividad similar a la de la vitamina P (bioflavonoides).
Las ruscogeninas, glicósidos esteroides, de la Raíz del Rusco (Ruscus aculeatus) son diuréticos y vasoconstrictores, impermeabilizan las paredes de los capilares sometidos a presión y estimulan su capacidad de recuperación. Tienen actividad antiedematosa y constrictiva (acción anticalambres). Son emolientes, favoreciendo la elasticidad y relajación de los tejidos orgánicos inflamados.
Las oligomero-proantocianidinas (OPC) da Vid (Vitis vinifera) – pepitas de uva roja, son tónicos venosos con propiedades astringentes y vasoconstrictoras, que refuerzan la impermeabilidad capilar regulando el retorno venoso. Ayudan a estabilizar el colágeno, mejoran la elasticidad de la piel y reducen los factores de insuficiencia venosa. Tiene acción antioxidante.
Los taninos de las Hojas de la Hamamelia (Hamamelis virginiana) son sustancias hidrosolubles muy astringentes, como las proantocianidinas y las catequinas, que actúan impermeabilizando y protegiendo las paredes de las venas. Poseen actividad antiinflamatoria y hemostática, lo que facilita la cicatrización de hinchazones residuales.
La Comisión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen el uso del hamamelis en el tratamiento de pequeñas heridas, varices, hemorroides y en la mayoría de los casos de inflamación local de la piel y mucosas.